Allá en Bajada....



El viento juega con los aromitos de la costa;
los aromitos de la costa sueltan su perfume al aire;
el aire pasea cerca de la costa;
sentados en la costa miramos perplejos al río;
sobre el río brilla un sol radiante;
el sol invade la tarde;
una tarde cargada de instantes infinitos;
instantes cargados de una magia inexplicable;
la magia de la costa, de los aromitos, del viento, del río...



Cómo no lo oyes, si suena como el silencio?
Qué distracción de este Mundo no te permite ver lo que las Tinieblas no pueden impedir?

Ha muerto esa parte, que casi a gritos sin sonido te miraba pronunciando versos de amor tan vívidos, tan sinceros, tan impronunciablementes prohibidos...