Por Orden tuya...?

Por Orden tuya...?

Así es como es, el águila vuelve a quedar atrapada en la jaula de la cabaña.

Con promesas de cuidados y alguno que otro alimento decidió quedarse con los que serían nuevamente sus dueños, miró el cielo y pensó en Dios. Con los ojos llenos de lágrimas le preguntó Por orden tuya…?

He regresado nuevamente a la prisión, ya no volveré a ser dueña de mi misma.

Ellos me hicieron esto y no tuve otra salida que acceder a su mandato.

Sufro por los rincones por esto que me ocurre, pero prefiero ahora no pensar en eso.

Tantas veces escribí para mí misma, pero cuando tengo que salir de mi se me hace bastante difícil, como si no me pudiera encontrar acá adentro.

Temo por lo que pudiera pasarme, luego de la golpiza me encuentro con un ala quebrada, he intentado moverla, pero el dolor se me hace insoportable.

Desde este establo apenas si puedo ver luz, un haz traspasa por las hendijas del portón cuando amanece y es así como puedo contabilizar los días que paso aquí.

Por las noches he intentado emitir sonidos, pero la angustia ha sepultado mi voz, y sólo se oye un sonido desgarrador pero muy tenue.

He intentado una y mil veces escaparme, aunque por un motivo que para mí es desconocido no lo he logrado. Algo aquí me hace partícipe de por lo menos una vida, (el conjunto con otros como yo.) Soy fruto de esta terrible alienación?? debería separarme y buscar otros rumbos...pero cómo?

(Mis ojos ahora deben estar cubiertos, de otro modo transparentan mis sentimientos.) Ellos ven así lo vulnerable que soy y pueden llegar a querer dañarme… ¿Qué puedo yo hacer con todo esto?

Finjo de manera continua ser lo que esperan que sea.

Hace ya años que mis alas están rotas, y no sé si quiero volver a volar, creo que estoy bien así, al menos aún puedo pensar y seguir soñando, existo sólo así.

Luego de tanto tiempo uno comienza a acostumbrarse, la vida se hace llevadera después de todo.

Cuando creen que estoy débil es porque lo he logrado engañar, y esa es mi estrategia para sobrevivir.

Tengo una sed terrible de venganza. Antes, en medio de las torturas, manifestaba mi enojo hacia ellos y no hacían más que desconfiar continuamente de mí, ahora creen que estoy abatida y dócil.

Es así que desde ese momento reuní fuerzas para estos momentos en que peor me encuentro, muestro mi fragilidad y mis ganas de morir, y así me protejo.

He planeado una y mil veces cómo sería el momento de mi revancha, cómo me dejaré cegar por el instante mismo en que esté recuperada y pueda irme de aquí.

Tengo un profundo cansancio, ya no quiero respirar siquiera. Aún así me invade una inmensa obsesión, quiero hacer y vencer esta depresión.

Qué me hace ser lo que soy? Qué es este soy?

Ya hace tiempo que de este rincón no me muevo, pero tengo indicios del exterior de que todo esto de un momento a otro va a cambiar…

Mi vida es hoy en día un desastre de los que ya se conocen por mi incapacidad para volar. Pese a que las alas fueron creciendo no recuerdo cómo emprender el vuelo; y aún más, no sé si es del todo satisfactorio hacerlo, ya perdí todo incentivo.

Qué es el exterior, qué es el Universo, y qué es el destino?

No puedo contestarme esas preguntas. No sé siquiera quién es Dios o a qué le llamo yo eso. A veces recuerdo mi pasado, lo que allá lejos aconteció: mi libertad...

A qué llamaba yo de esa manera? Un sin fin de preguntas hacen de mí lo que soy hoy. Soy un mar de dudas, de completa incertidumbre y de agonía interna.

El vivir aquí no era lo que yo creía. Pensé que esta jaula y este pequeño establo de a poco se iban a ser parte de mí y yo de ellos, pero mi naturaleza es de otra manera. Mi vuelo no es como el de otras aves, no nací para que unos barrotes me maten en vida.

Con el correr de los años pude adaptarme a los dueños de la granja, de los horarios de alimentación y la forma en que cada día se aparecían ante mí.

El águila tiene un compañero de cautiverio. De pronto vuelve a sentirse acompañada, tranquila, no sé si feliz.

Ya no soy tan importante, me dejan salir una hora al día hasta una rama del árbol más cercano para que pueda sentir la pureza del aire.

Esto soy yo y no otra cosa, he salido a la luz. Sé que a todos les parezco un ser extraño, pero al menos ya no siento tanto esto de estar presa.

¿Quién soy yo?

No sé responderme esa pregunta, muero, me desangro pensando… ¿estaré haciendo bien? Estoy de nuevo renovando mi plan de vuelo, seguramente lejos, si es posible sola. Así me siento hoy mejor, quien quiera acompañarme será bienvenido…

Mi compañero de jaula se ha escapado, dijo que eran sólo por unos días, regresará, espero. Estoy ansiosa por volver a verlo, no imaginé nunca que estaría acompañada.

Ha regresado, es nuevamente feliz, o al menos cree que esto nuevo, esta fuerte opresión en su pecho es algo como la felicidad.

He vuelto a nacer, todo mi cautiverio me parece un sueño terrible, nadie pudiera creer que alguien aconteciera algo semejante.

Años tras años en este lugar, en este rincón, esperando quizá volar nuevamente, y ahora que es posible, temo, dudo, pero me avecino, soy nuevamente yo.

De águila me transformo en fénix, y emerjo de cenizas, llena de fuego, de vitalidad. Todo me parece extraño, el sol, el aire del exterior, los aromas…

Los años pasan, esperando algo, eso, que no sé, lo que no se puede asir con palabras. Todos buscamos nuestro, por así decirlo, destino. Muchos dejan que el acontecer diario los invada y que la rutina decida sus vidas, como si de nada valieran los sueños de cada uno, como si sólo sirvieran sus vidas para nacer, vivir, reproducirse y morir.

Al menos yo, creo que estoy para algo más, no sé si Dios o si los dueños del establo, o si el Universo en toda su magnitud es quien hace y deshace el destino de las personas, nadie puede saberlo; o quizá quien lo supo murió con ese secreto.

Ya no soy el ave que era antes, me había acostumbrado a la sumisión, a aceptar cualquier mandato y obedecer aunque doliera demasiado. Hoy todo eso es un pasado distante, miro hacia el futuro, hasta esto nuevo que se construye a cada paso que doy dentro de mí y dentro de este mundo.

Aunque lo haya leído, y dicho como verdad, jamás nunca lo había sentido: La Vida es dolor

Está doliendo de manera profunda, y no sé qué hacer. Siento una imperiosa necesidad de volver, de anular por completo mi vida, este cuerpo y estas alas. He dejado atrás a mi compañero de cautiverio, lo han atrapado, está asustado. Temo por lo que ellos puedan hacerle, ha dejado que yo escape, hemos trocado una vida por otra , no puedo sentirme bien...

Tanto ansié esto que no pensé a quién perjudicaba en este emprendimiento.

¿Qué hacer?

No tengo más que esperar un milagro que creo nunca va a llegar. Estoy en el bosque, desde la arboleda puedo divisar el establo, la puerta de la casa de mis amos, los mastines de presa están atentos a cada movimiento de él dentro de esa oscura cabaña.

Es ahora que debo elegir, entre la libertad de él o la mía. Es preferible estar presos juntos y no así, no es lo que planié jamás.

Miro al cielo, no encuentro a Dios, no puedo escuchar tampoco al Universo, he quedado sola por completo, no tengo tampoco a quien recurrir, nada puedo hacer, al menos eso creo.

Es como estar en el establo, el mundo es ahora mi establo y yo soy esos amos, que de modo continuo torturan mi ser pero dentro mío, a donde antes pensé que no podían acceder, soy presa de mí misma y mi decisión.

No sé porqué pienso más y más que ya no tiene sentido siquiera sufrir, hay que resignarse y esperar lo que depara para nosotros el destino.

Todo lo que pensaba hacer cuando consiguiera mi tan soñada libertad ya no tiene sentido, porque ni siquiera sé quién soy, ya no espero nada.

Sólo tengo que ir hasta allí, dejar que me capturen nuevamente, volver a mi vendaje en los ojos, a las alas cortadas pero a la vida de él, a su compañía, a su amistad y su amor...

Ahora sólo puedo decir que todo lo que hago es Por orden mía.


Esperando ser

¿Cómo es sentir que no se está vivo? Soy de otro lugar, fuerzo pertenecer a éste y sigo siendo la extranjera de siempre en busca de un sitio donde guarecerse. Digo y hago lo que los otros quieren de mí. Vivo en un hastío diario que carcome lo que soy y lo que sueño..