Tod Freund, meine Muse


Allí la encontré acurrucada, en un rincón de la habitación. Era una criatura indefensa, débil, de apariencia vulnerable. Así me pareció a primera vista. No pude más que intentar ayudarla, o no sé bien qué en realidad. Más tarde, ella mostraría su verdadera esencia.
Una incipiente tristeza,  y una profunda angustia poco a poco fueron parte de mi existir, a medida que este ser estaba más y más próximo a mi.

Cuando pude notar ahí cerca mi propio fin era demasiado tarde. Había dejado de parpadear, y ni siquiera lo noté, pronto respirar tampoco me fue necesario.
Se agotaron todas mis fuerzas, y ahí ella me tomó por completo, llevandome a mi inminente desaparición.
Acaso no lloré, no tuve miedo o clamé piedad?
No podía, algo en mí no me dejaba, no quería. Estaba ahora convencida.
Creo que no me despedí de nadie, nadie acaso me extrañaría. No creí tampoco dejar nada pendiente, ni ser indispensable para algo o alguien. Sólo sucedió, y hoy es cosa del pasado.
Vago descalza, en un vestido roído, buscando almas como yo, taciturnas, desesperadas, a quienes ya no les queda hálito de vida...

Caigo...


...no hay nada ya para mí aquí que me pueda sostener.

Lloro...

...apenas puedo abrir mis párpados, las lágrimas se ha llevado toda mi ilusión.

Imploro...

...a ese Más Allá para que me lleve... no quiero más.

Agonizo...

... y mi espíritu me va dejando de a poco


Muero...

...ya no hay más, hasta mi alma me ha abandonado.


Hay muchos días en que te extraño, eso que eramos por aquel entonces. 
Y extraño ese algo de vos, eso exacto que no sos, porque ya no sé bien si es a vos a quien extraño o a la idea que tengo de vos.
Eso que a lo mejor no es una reminiscencia de cuando estuvimos juntos. 
Será acaso una ensoñación diurna que poco a poco fue ganándose un lugar en mi inconsciente para luego devenir consciente y llegar hasta mi presente como si acaso eso tuyo fuera un recuerdo, y no es más que una idea que me formé de vos?
Dudo a veces si en realidad nos conocimos, si ese tiempo que recuerdo lo vivimos realmente vos y yo; o si acaso eso es solamente una ilusión, los lugares,las risas, los aromas, o si fui yo quien te creé dentro mío como si acaso yo alguna vez fui tuya. 
Ya no sé quién sos, ni qué extraño, y te amo aun sabiendo que jamás exististe...

Otoño en abril

Frío en las calles llenas de hojas ocres y crujientes. Voy en mi andar pausado, pisoteando buscando notas prohibidas.
Respiro hondo, y entierro entre mis ojos las lágrimas lascerantes que corroen mi piel en camino a esa nada.
He perdido mi voz, no he hablado en semanas, en realidad creo que pasaron meses. Desde que te fuiste no he querido ver a nadie, he desaparecido de todos.
No recuerdo la última vez que te hallé en mi sueños, creo que ya no está en mi memoria; te has convertido en pura melancolía. Ya no espero nada. El viento seco y helado de abril me llevará hasta quién sabe dónde, y yo solamente me dejo, como si fuera una pluma a merced de la más suave brisa.
Escribo en mi cabeza, con esa tinta invisible que crece en los pensamientos. Al llegar a la hoja de papel mueren como si su único fin fuera justo ese

Sábado antes de Pascua

 Crujido de girasol
un juego de solitario empezado,
los perros y su siesta larga,
mi desvelo de la tarde entrada en noche.

El techo cada vez más cerca,
los ruidos que crecen,
el mensaje que no llega,
otro sábado perdido

No quiero levantarme,
esta remera gigante ya es parte de mi.
El acolchado no quiere soltarme
y las sábanas tibias piden que no me vaya,

Cómo resistir a tal mandato
la pereza se ha vuelto mi hermana
No hay risas ni llanto, sólo estasis.
Hasta la tinta se detiene, no escribe más.

Tarde de carnaval

El viento de febrero llevó mi alma a un verano que se perdía entre la lluvia.
La soledad invadía la casa y se iba haciendo partícipe de mi rutina.
Los perros dejaron de ladrar, sólo dormían a mi lado las mismas horas que yo, con las miradas disueltas en mi llanto.
Yo ya no era, no estaba. El vacío y la congoja tomaron por completo mi vida, me dejaron así, como muerta en vida yaciendo delante de una realidad inventada.
No tengo fuerzas, no quiero seguir. es miedo, es cobardía, es desgano o es falta de ser?
Creo que no puedo, hoy no, no sé si mañana, si es acaso esto  lo que me fue deparado, o si quizá esto es lo que yo escribí para mí.